¿Está Google estupidizándonos?



Juan Pablo Parrilla Branda nos recomendó la lectura del artículo "¿Está Google estupidizándonos?" de Nicholas Carr, publicado en la revista The Atlantic en julio de 2008.
En este artículo, el periodista y escritor Nicholas Carr se pregunta qué efectos posee Internet sobre el cerebro humano. A partir de las ideas de pensadores como Marshall McLuhan -que presentamos en nuestras clases-, de sus propias experiencias como "usuario" y de estudios de científicos de diversas partes del mundo, Carr elabora argumentos para demostrar que el uso de Internet está modificando la forma en que leemos y pensamos. Más aún, está remodelando nuestro sistema cognitivo.
Que la web modifica nuestra forma de leer no es ninguna novedad. El problema, dice Carr, es que Internet "... se está convirtiendo en nuestro mapa y nuestro reloj, nuestra imprenta y nuestra máquina de escribir, nuestra calculadora y nuestro teléfono, nuestro radio y nuestra televisión".
El artículo nos encantó y nos hacemos eco de la recomendación de Juan Pablo. A partir de los argumentos que presenta el autor, vale la pena reflexionar: ¿Cómo afecta nuestro cerebro el hábito de estar conectados? ¿Y cómo impacta esto en nuestro rol como periodistas?
Leer el artículo en español acá.

1 comentarios:

Gabriela Ramos dijo...

Lei el artículo con mucha atención y, aunque me resultó interesantísimo, me costó un montón terminar esas 4 ó 5 páginas. El amigo Nicholas está en lo cierto: mis varias horas diarias de navegación web están limándome la cabeza.
Por mi edad y mi formación nerd (no estilo Bill Gates y secuaces sino tradicional: Nacional Buenos Aires + profesorado de filosofía en la UBA + TEA), acuerdo en casi todo con Carr. Y seguramente McLuhan habría acordado con nosotros: Internet está cambiando de verdad nuestra manera de pensar y conocer y existen indicios de que no es para mejor.
Sin embargo, el medio existe, es poderoso, revolucionario y una de las fuentes de trabajo más prolíficas para los periodistas en la actualidad.
Muchos periodistas tenemos que usarlo casi por obligación. Estamos adentro aunque no querramos. Y creo que es desde allí que debemos intentar cambiarlo.

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